Cada historia empieza con una mirada, un sí y un destino elegido.
Para mí, fotografiar una boda no es solo capturar imágenes: es acompañar emociones, dejar que el amor fluya con libertad, sin poses ni artificios.
Trabajo desde la intuición, la luz natural y un respeto profundo por lo real.
Así documento bodas únicas en España, América Latina, el Caribe... o en cualquier rincón del mundo donde la emoción tenga un lugar para brillar.
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